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Decidir ser autónomo o asalariado
Hoy en día es cada vez más importante tener las ideas claras sobre el mundo del trabajo. La elección entre el trabajo por cuenta propia y por cuenta ajena es la primera consideración que hay hacer, pero para hacerla conscientemente es importante evaluar los pros y los contras.
En el complejo y cambiante mundo laboral actual, es importante conocer todos los caminos posibles y evaluar todos los pros y los contras de tu elección.
Desde Jeypa, empresa líder de gestoría en Getafe, te ofrecemos algunos datos para que puedas elegir con conocimiento y conciencia.
La primera elección que hay que hacer es entre darse de alta de autónomos y trabajar por cuenta propia, o ser asalariado y trabajar por cuenta ajena.
En primer lugar, es bueno subrayar que no hay una elección a priori mejor: hay personas que son más aptas para trabajar por su cuenta y otras que tienen una personalidad más adecuada para trabajar por cuenta ajena.
Sin embargo, hay características objetivas que diferencian los dos tipos de enfoque del trabajo:
- La duración de la jornada laboral
- La ubicación física del trabajo y sus movimientos relativos
- Los derechos del trabajador
- El pago de impuestos y cotizaciones
Por lo tanto, será útil aclarar todos estos puntos para tener una visión completa, para no confiar en la casualidad o en las creencias comunes sobre un tema de tanta importancia en la vida de todos.
Ventajas y desventajas
Estabilidad laboral
La primera ventaja que salta a la vista cuando se habla de empleo es, sin duda, la seguridad de recibir un salario.
De hecho, la empresa se compromete a pagar el salario de su empleado todos los meses y todas las cotizaciones y cargas de jubilación necesarias.
Además, cada empleado habrá acumulado al final del contrato, una cantidad de dinero llamada indemnización por despido, que también puede utilizarse a lo largo de los años. Además del derecho a pagas extraordinarias En cambio, para el trabajador independiente hay pocas ventajas desde este punto de vista.
El autónomo tiene que hacerlo todo él mismo, desde el pago de las cotizaciones hasta la gestión del dinero. Sin olvidar las vacaciones no pagadas y la ausencia de pagas extraordinarias.
Horario de trabajo más flexible
Otro punto delicado en el asunto es el de los horarios de trabajo. La mayoría de los empleados trabajan 40 horas semanales.
El autónomo, desde este punto de vista, tiene mayor flexibilidad, pudiendo gestionar sus compromisos más fácilmente.
Esto no significa que no tenga su propia agenda: los plazos también existen para él y los clientes no pueden esperar. De hecho, tal y como señalan los datos de la encuesta de ingresos de autónomos de Payoneer, casi la mitad de los autónomos trabajan entre 30 y 50 horas a la semana.
Formar parte de un grupo
Otro aspecto que no debe subestimarse es el de las relaciones con los compañeros y la dinámica de la empresa, que a menudo generan tensiones diarias que tienen un impacto significativo en la vida del empleado.
El trabajador autónomo está lejos de esto, pero no siempre es un aspecto positivo. De hecho, se habla de la «soledad del autónomo«.
Cuando se entra en una empresa, automáticamente se pasa a formar parte de una red social, dentro de la cual se pueden crear relaciones, participar en eventos sociales y de formación, que dinamizan el trabajo del empleado por cuenta ajena.
Motivación y rutina
En el trabajo de un empleado, también hay una cierta rutina en la jornada laboral: haces el mismo trabajo durante varios años consecutivos, en la misma oficina, a menudo con las mismas personas.
Este aspecto, si por un lado puede ser una ventaja para regularizar las actividades cotidianas, por otro puede ser un motivo de aplanamiento y monotonía.
Los autónomos, en cambio, se motivan a sí mismos, organizan su jornada, crean su trabajo desde cero y se fijan nuevas metas.
Una fiscalidad diferente
Ambos trabajadores, sean o no autónomos, están obligados a pagar impuestos. Basta con mirar la nómina de un empleado para ver cuánto se le descuenta en impuestos y cotizaciones de su salario.
La diferencia entre el salario real y el coste (la llamada cuña fiscal) es, de hecho, muy elevada en España.
Pero también los costes de apertura de constitución de empresas, el pago del IVA y los gastos de mantenimiento no son ciertamente insignificantes.
Independientemente de la forma jurídica en que desees constituir tu empresa, hay una serie de pasos y procedimientos que deberás seguir para la constitución de empresa. A continuación, te guiaremos por los pasos importantes para constituir una empresa.
- Elegir la forma jurídica
- Certificación negativa
- Capital social
- Solicitud del NIF
- Creación de la sociedad
- Inscripción en el Registro Mercantil
- Inscripción en IAE
- Libros de sociedades
- Registro de patentes y marcas
- Puesta en marcha
Una vez realizados los pasos anteriores, dependiendo del tipo de negocio, es posible que también tenga que hacer algunas cosas más. Por ejemplo, si quiere contratar empleados, debe notificar al Ministerio de Empleo y Seguridad Social la apertura de su centro de trabajo y obtener un registro de visitantes para su inspección. También es muy recomendable obtener un certificado electrónico, que le permitirá firmar documentos electrónicamente y agilizar el proceso.
Todo este proceso puede parecer un engorro, ya que cualquiera que haya creado una empresa ha pasado por ello, pero al final es fácil acostumbrarse.