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Tacógrafo digital: Tadig explica las sanciones y multas más habituales en 2025

Faltas tan comunes como no actualizar al nuevo tacógrafo inteligente, descargar los ficheros fuera de plazo o exceder los tiempos de conducción están detrás de la mayoría de las multas que sufren hoy las empresas de transporte

El tacógrafo digital nació para controlar la jornada de los conductores profesionales y reforzar la seguridad vial. Sin embargo, en los últimos años se ha convertido también en una fuente constante de sanciones y multas.

En 2025, más del 60% de las multas que afectan al transporte por carretera en España tienen relación directa con un mal uso o una gestión deficiente de este dispositivo.

El endurecimiento de la normativa europea y la llegada del tacógrafo inteligente de segunda generación (G2v2) han puesto en aprietos a muchas empresas.

No adaptarse a tiempo o cometer errores de gestión, aunque sean involuntarios, supone miles de euros en sanciones y, en algunos casos, la inmovilización de los vehículos en plena ruta.

Sanciones y multas más frecuentes en 2025
Las autoridades de transporte coinciden en que los fallos no siempre se deben a la mala fe, sino más bien a la falta de control y de procedimientos claros. Entre las sanciones que más se repiten destacan:

  • Tacógrafo sin actualizar. Desde este verano es obligatorio instalar el G2v2 en el transporte internacional. Circular sin él implica 2.001 € de multa en España y la inmovilización inmediata. En Francia, la cifra puede llegar a los 30.000 €, con posibilidad incluso de cárcel si se detecta manipulación. Alemania, Portugal o Países Bajos aplican multas de entre 4.400 € y 6.000 €.
  • Manipulación de datos. Alterar el dispositivo o falsear registros sigue siendo uno de los fraudes más perseguidos. Las multas oscilan entre 2.001 y 6.000 € y pueden poner en riesgo la licencia de la empresa.
  • Exceso de horas de conducción. Conducir más tiempo del permitido es una infracción muy grave. Las multas se mueven entre los 1.500 y 4.000 €, además de la posible prohibición de continuar viaje en controles internacionales.
  • Tacógrafo sin calibrar. No realizar la revisión obligatoria cada dos años supone multas de entre 1.000 y 2.000 €, además de la inmovilización del camión.
  • Descargas fuera de plazo. El descuido más común: no descargar la tarjeta de conductor cada 28 días o la unidad del vehículo cada 90. Este fallo cuesta entre 600 y 2.000 €.
  • Disponibilidad sin justificar. No marcar correctamente este estado genera registros incompletos de la jornada. La multa suele rondar los 1.000 €.
  • Controles remotos. La DGT y otros organismos europeos ya están utilizando sistemas que leen los datos del tacógrafo a distancia. Las anomalías detectadas pueden acarrear multas de hasta 4.000 €.

Un problema que va más allá de las sanciones y multas
El impacto de estas sanciones no se limita a la parte económica. La reputación de la empresa, la confianza de los clientes y la operativa diaria se ven directamente afectadas cuando un vehículo queda parado por una infracción.

En un sector donde cada hora cuenta, estos contratiempos pueden convertirse en pérdidas muy difíciles de recuperar.

La tecnología como solución
La buena noticia es que existen herramientas que permiten transformar esta obligación legal en una ventaja competitiva.

Plataformas como TADIG han desarrollado un sistema integral en la nube que automatiza la descarga de los ficheros, garantiza su custodia legal y alerta de posibles infracciones antes de que ocurran.

Entre sus principales funcionalidades destacan:

  • Descarga remota y automática de ficheros de conductor y vehículo.
  • Almacenamiento cifrado y seguro, cumpliendo con los plazos de custodia exigidos.
  • Alertas en tiempo real sobre riesgos de sanciones.
  • Análisis avanzado de faltas y planificación de jornada con el Sistema de Ayuda a la Toma de Decisiones (DDS), que informa del tiempo de conducción disponible y ayuda a organizar turnos de manera más eficiente.

De este modo, TADIG no solo reduce el riesgo de sanciones y multas, sino que convierte los datos del tacógrafo en información útil para mejorar la competitividad y rentabilidad de las flotas.

Conclusión
El panorama de 2025 demuestra que la gestión del tacógrafo digital es un reto que ya no puede afrontarse con procedimientos manuales.

La normativa es cada vez más estricta, los controles más frecuentes y las sanciones y multas más elevadas.

Con soluciones digitales como TADIG, las empresas de transporte no solo cumplen la ley, sino que convierten el tacógrafo en un verdadero aliado estratégico: menos sanciones, menos multas, más seguridad y mayor rentabilidad en la gestión de sus flotas.

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