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Revitalizando tu expresión: los avances de los neuromoduladores en la medicina estética

Revitalizando tu expresión: los avances de los neuromoduladores en la medicina estética

El uso de tratamientos con neuromoduladores ha alcanzado gran popularidad en el sector de la medicina estética

Uno de los usos más destacados de los neuromoduladores es en el tratamiento del bruxismo, un hábito involuntario que afecta a millones de personas y puede tener consecuencias negativas en la salud dental.

Clínica de Medicina Estética, Doctora Bonina nos explica a continuación los mejores tratamientos estéticos con neuromoduladores:

Tratar las arrugas de expresión y más

El tratamiento con neuromoduladores es altamente efectivo para suavizar las arrugas de expresión, aquellas que se forman durante nuestros gestos faciales habituales.

Al relajar los músculos responsables de estas arrugas, el tratamiento proporciona al rostro una apariencia descansada, fresca y con una expresión más agradable.

Además, estas sustancias también se han utilizado exitosamente en diversas patologías dentro de la medicina estética, incluyendo:

  • Arrugas de expresión en la frente, entrecejo y zona periocular.
  • Rejuvenecimiento facial, logrando un aspecto más joven y revitalizado.
  • Hipersudoración o hiperhidrosis, reduciendo la actividad de las glándulas sudoríparas.
  • Bruxismo, relajando los músculos de la mandíbula y previniendo el apretar y rechinar de los dientes.
  • Estrechamiento facial, para lograr una apariencia facial más armónica.

Una revolución terapéutica en medicina estética

El tratamiento con neuromoduladores se ha convertido en un arma terapéutica fundamental en la medicina estética, ya que es un procedimiento inocuo, de efectos rápidos y sorprendentes.

Su capacidad para iluminar la expresión facial y agradar a casi todos los que lo prueban ha posicionado a esta terapia como el tratamiento médico estético más realizado en todo el mundo.

Enfocado en las arrugas de expresión en áreas como la frente, entrecejo y región periocular, este tratamiento busca relajar los movimientos musculares que generan expresiones negativas como el enojo, el cansancio o el mal humor.

Al reducir la actividad de los músculos, también se enlentece el envejecimiento de la zona tratada, ofreciendo resultados tanto estéticos como preventivos contra el envejecimiento.

El tratamiento con neuromoduladores es apropiado para mujeres y hombres, jóvenes y mayores. No es necesario esperar a tener arrugas marcadas para beneficiarse de este enfoque, ya que su acción en las arrugas de expresión permite su aplicación preventiva, evitando la formación prematura de surcos y marcas en la piel.


Zonas de aplicación y mecanismo de acción

Las zonas más comunes para tratar con neuromoduladores son la entrecejo o glabela, la frente y la región periocular. Adicionalmente, puede aplicarse en zonas más avanzadas para complementar la armonización de la expresión facial, como las líneas perinasales, las arrugas perilabiales, la sonrisa gingival, las comisuras bucales, el mentón, el cuello y las arrugas del párpado inferior.

El mecanismo de acción de los neuromoduladores radica en su capacidad para actuar sobre las terminaciones neuromusculares, relajando o paralizando los músculos donde se aplican.

La dosis administrada determina el grado de relajación o parálisis, permitiendo a los profesionales personalizar el tratamiento según los deseos del paciente.


Proceso del tratamiento y cuidados posteriores

El procedimiento es sencillo y ambulatorio. Después de decidir qué gestos se desean suavizar, el médico especialista elige los puntos específicos de infiltración y las dosis adecuadas. Se toman fotografías para evaluar los resultados a posteriori y para permitir un seguimiento y posibles retoques en sesiones futuras.

La infiltración se realiza sin necesidad de anestesia y el paciente puede retomar su actividad diaria tras la aplicación.

Para que el neuromodulador se concentre exclusivamente en la zona infiltrada y centre allí sus efectos, es importante seguir ciertos cuidados posteriores. Evitar el masaje en la zona, la exposición a fuentes de calor como duchas, baños o saunas, así como los esfuerzos físicos y acostarse en las horas inmediatamente posteriores a la infiltración son precauciones recomendadas.


Mitos desmitificados

Es común que algunas personas teman que el tratamiento con neuromoduladores dejará su rostro inexpresivo. Sin embargo, esto es falso, ya que la efectividad del tratamiento y el resultado final dependen de las dosis y puntos de infiltración elegidos.

La expresión natural y la capacidad para gesticular se mantendrán si se realiza adecuadamente.

También aclaramos que los neuromoduladores utilizados en medicina estética se administran en dosis significativamente inferiores a las empleadas en otros campos de la medicina. Estas dosis son seguras y miles de veces inferiores a las que podrían ser potencialmente tóxicas.

El tratamiento con neuromoduladores representa una revolución en el campo de la medicina estética, proporcionando soluciones efectivas para las arrugas de expresión y diversas patologías. Su aplicación en el tratamiento del bruxismo ha demostrado ser eficaz al relajar los músculos de la mandíbula, previniendo el apretar y rechinar de los dientes y aliviando los dolores mandibulares y de cabeza asociados. Esta terapia se ha consolidado como una alternativa terapéutica a las férulas de descarga en el control del bruxismo, ofreciendo resultados satisfactorios y mejorando la calidad de vida de los pacientes.

La eficacia de esta terapia, junto con su sencillez y mínimas molestias, han posicionado a los tratamientos con neuromoduladores como una opción terapéutica de elección tanto para pacientes jóvenes como mayores que buscan mejorar su apariencia y bienestar.

La versatilidad de los tratamientos con neuromoduladores se extiende a la amplia variedad de zonas que pueden tratarse, desde las arrugas de expresión más comunes hasta áreas más específicas como las líneas perinasales, arrugas perilabiales, sonrisa gingival y mucho más. Esta personalización permite que los pacientes obtengan resultados naturales y armoniosos, sin afectar su capacidad para expresarse y comunicarse a través de gestos faciales.

Los efectos de los neuromoduladores comienzan a notarse entre 48 y 72 horas después de la aplicación, alcanzando su máximo a los 5-7 días. La duración de los resultados varía según el tratamiento y el paciente, siendo en promedio entre 3 y 5 meses. Durante este período, la expresión facial lucirá rejuvenecida y relajada, ofreciendo una sensación de descanso y frescura.

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