Las palabras se las lleva el viento. Pero ¿qué ocurre con las de un correo electrónico? La respuesta es evidente. Podemos releerlo y reenviarlo a cuantas personas queramos, pero también interpretarlo a nuestra manera. Y muchas veces no damos a un mensaje el mismo sentido que quiso darle el remitente. O eso es lo que le ha ocurrido alguna vez al 63% de los receptores.
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«Cuando escribimos tenemos que ser mucho más cuidadosos que cuando hablamos porque no tenemos información extra que nos ayude a interpretar el mensaje…»
dice Pablo Claver, director general de la consultora que ha hecho el estudio, Global Estrategias/Demos Group.
Pensar para responder
Responder rápidamente, apenas sin reflexionar sobre lo que decimos, el hecho de no sentirnos intimidados por la presencia física del otro o la ausencia de comunicación no verbal que nos ayude a interpretar el mensaje son algunas de las causas de enfados y malentendidos. Los hay de todo tipo, desde la hora de una reunión o un comentario que llega junto a la petición de un informe, hasta los directamente personales.
El objetivo del estudio era conocer el uso que hacemos del correo electrónico. Se ha hecho a través de encuestas a trabajadores de empresas de toda España. Entre las principales conclusiones destaca la tendencia de sustituir las llamadas telefónicas por emails (el 84% reconoce hacerlo a menudo aunque, en muchos casos, su interlocutor esté en la mesa de enfrente o en un departamento próximo).
La explicación más extendida para escribir en lugar de llamar es la posibilidad de poder hacerlo a cualquier hora y su eficacia a la hora de comunicarnos con varias personas a la vez.
Con copia a todos
Los correos que más molestan, aunque muchas veces el receptor no lo admita públicamente, son los toques de atención de un jefe «con copia a todo el mundo». En esos casos:
«… aunque el trabajador no transmita su queja al remitente, sí se lo cuenta al compañero, se generan rumores y se crean conflictos. Además, un pequeño toque con buena intención se puede convertir en una gran bronca si todos responden a todos …»
Asegura Rodríguez.